DF Tax | Propuestas tributarias de los candidatos presidenciales
Carlos Bravo, director del área tributaria de Porzio Ríos García
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Carlos Bravo
Al concluir la inscripción de las candidaturas presidenciales, resulta interesante revisar las propuestas tributarias de quienes las encuestas muestran más competitivos: Sebastián Sichel, Yasna Provoste y Gabriel Boric.
Los tres candidatos comparten el diagnóstico de que la actual crisis social y sanitaria demandan aumentar la recaudación fiscal para garantizar más derechos sociales. Sichel propone aumentar en 3 puntos del PIB la recaudación fiscal en un plazo de cinco años, Provoste se inclina por subirla en 5 puntos y Boric en 8 puntos en ocho años.
¿Pero qué medidas permitirán esta mayor recaudación?
Para Sichel, un aumento en la progresividad del sistema tributario, la eliminación de ciertas exenciones tributarias como combustible o Diesel, la creación de más impuestos verdes y fortalecer las atribuciones del SII en materia de elusión y evasión, serían sus propuestas principales.
En tanto, Provoste propone eliminar el IVA a empresas constructoras, tributación de los fondos de inversiones, eliminación del beneficio DFL-2, renta presunta y crédito por impuesto específico al diesel, revisión del royalty minero, cobro de interés anual a empresas con FUT acumulado, perfeccionar la norma antielusión permitiendo su aplicación en sede administrativa e impuestos verdes.
Boric plantea principalmente simplificar el sistema tributario mediante su desintegración, crear un impuesto permanente a los "súper ricos", reducir las propiedades exentas de contribuciones, restringir el DFL-2, modificar el royalty minero, aumentar el impuesto específico a los combustibles, terminar con exenciones a la industria del transporte, junto con crear y corregir impuestos verdes, como aumentar el impuesto relativo a la adquisición de vehículos o las tasas de embarque aéreo.
Sin duda, las propuestas de Provoste y particularmente de Boric son la más audaces, ya que la desintegración del sistema, el impuesto a los "súper ricos" y el aumento de los impuestos verdes, requieren de un análisis detallado a objeto de establecer la conveniencia de su implementación. Por ejemplo, el aumento a las tasas de embarque seguramente no reducirán los viajes en avión, menos en el grupo etario sub-35 años, que ha podido recorrer el mundo con facilidades y valores de pasajes que ni sus padres o abuelos hubieren imaginado y que, paradójicamente, es el segmento donde Boric tendría gran parte de su apoyo.
Más allá de las propuestas, hay un tema previo insoslayable: el constante "modo reforma tributaria" que impera desde 2014. El debate tributario surge en cada campaña presidencial, ya que financia las políticas públicas propuestas. Sin embargo, no parece sensato que el devenir político esté constantemente dejando al sistema tributario en su globalidad en estado de "revisión", ya que ello erosiona uno de los pilares fundamentales del estado de derecho moderno, afecta directamente a la inversión y la certeza jurídica.
Ya es hora que exista un acuerdo transversal, duradero en el tiempo, que nos permita tener un sistema tributario moderno y justo para las necesidades del Chile actual. Para ello, es fundamental que la clase política "haga la pega" y se llegue a un consenso acerca de nuestro sistema tributario. Sería inaudito que en la campaña presidencial subsiguiente, en 2026, siga debatiéndose una nueva reforma tributaria.